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Definición de Aire

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Se conoce como aire a la mezcla de gases que conforma la atmósfera de la Tierra. Los principales componentes de esta mezcla son el nitrógeno (en un 78%) y el oxígeno (21%). También están presentes, en una cantidad mucho menor, otros gases como el ozono, el hidrógeno o el dióxido de carbono.

El aire se mantiene en la Tierra en lugar de extenderse de forma libre hacia el espacio exterior gracias a la acción de la fuerza de la gravedad, lo que permite que exista vida sobre el planeta.

Las propiedades del aire

Pese a que por norma general la mezcla de gases que denominamos aire resulta invisible para el ojo humano, eso no es óbice para que deba considerarse como materia. El aire ocupa un determinado volumen y tiene una masa cierta.

Además, el aire es fuente de oxígeno- posibilitando que los seres vivos puedan respirar- y de otros muchos gases sin los cuales no podría existir la vida, como el nitrógeno, o el dióxido de carbono.

El aire ejerce presión hacia todas direcciones. Este fenómeno es lo que se conoce como presión atmosférica y varía de un punto a otro del planeta según la temperatura, la altitud y la cercanía a la costa.

Finalmente, el aire desempeña una función fundamental para el ser humano, pues se encarga de filtrar los dañinos rayos ultravioletas que llegan a la Tierra desde el Sol gracias a la conocida capa de Ozono.

El aire como fuente de energía

El aprovechamiento de la energía cinética del viento como fuente de energía no es ni mucho menos novedoso. Desde tiempos inmemoriales los molinos movidos por el viento eran usados para moler cereales, bombear agua o mover norias. Incluso podría decirse, que hasta la aparición de la máquina de vapor, el viento ha sido una de las mayores fuentes de energía para el hombre. Aun así, la energía eólica no empezaría a ser explotada comercialmente hasta bien entrado el siglo XIX.

Hoy día la energía proporcionada por el viento ha saltado nuevamente al primer plano gracias al desarrollo de grandes aerogeneradores que logran convertir directamente esta energía eólica en electricidad, pudiendo abastecer de energía desde pequeñas explotaciones agrícolas hasta poblaciones de reducido tamaño.

Pese a los avances de los últimos años, la contribución de la energía eólica al total de electricidad producido en el mundo sigue siendo escasa, aunque muestra una clara tendencia al alza.


Escrito por Juan Carlos García para la Edición #33 de Enciclopedia Asigna, en 12/2015.