El mensaje es el elemento fundamental de la comunicación. Un mensaje es aquello que se transmite a través de algún medio.
El análisis de la comunicación es complejo, ya que intervienen varios elementos: emisor, receptor, canal, código, contexto y mensaje. Cada uno de estos elementos tiene sus peculiaridades, funciones y variables. Sin embargo, el proceso global se sintetiza, se resume en algo muy específico: un mensaje. Dicho con otras palabras, el contenido de la comunicación. El contenido puede tener formas diversas ( oral, escrito, a través de imágenes… ). El contexto, la intención o el soporte utilizado también son variables. En cambio,el mensaje es algo concreto y es posible describirlo con muy pocas palabras.
Un mensaje es una idea que se da a conocer mediante algún soporte. Si quiero vender una moto, puedo comunicarlo de muchas maneras: en un anuncio en la prensa, comentándolo a mis amigos, anotándolo en facebook, en twiter o en un tablón de anuncios. Los sistemas son múltiples, pero el mensaje no cambia: quiero vender una moto. Es evidente que la venderé con más facilidad si empleo un medio u otro, pero el éxito o el fracaso de la venta no altera el significado del mensaje.
La finalidad de un mensaje es dar a conocer algo. La forma y el fondo del mismo son factores determinantes, por lo que se emplean unas palabras u otras, con un planteamiento u otro en función de la intención que tenga el emisor. En este sentido, adaptar el tipo de mensaje al contexto es probablemente la clave para lograr el objetivo en la comunicación. Volviendo al ejemplo de que quiero vender una moto, tendré más opciones de hacerlo si elijo el medio más adecuado.
El papel de la comunicación es fundamental para entender el mundo en que vivimos. Los especialistas en este terreno son conscientes de la fuerza que tienen las palabras para que un mensaje sea más o menos eficaz. No hay una fórmula que garantice el éxito, aunque se recomiendan algunas pautas. Por una parte, brevedad en el contenido. También es conveniente utilizar palabras conocidas y con un significado inequívoco y sin ambigüedades. Por último, se recomienda que el mensaje tenga cierto componente emocional, para que de esta manera sea captado más favorablemente. Un buen ejemplo de mensaje con estas características es el célebre «Yes, we can» que utilizó Barack Obama en su primera campaña a la presidencia de los Estados Unidos. Hay otros que también consiguieron ser recordados y sobre todo útiles ( cuando Churchill pidió un esfuerzo colectivo a los británicos en la ll Guerra Mundial lo expresó con tres palabras: sangre, sudor y lágrimas ).