La desigualdad es una problemática que ha afectado a la humanidad desde sus orígenes. La misma tiene lugar cuando las diferencias entre las personas se convierten en falta de acceso a los mismos derechos y recursos.
Para medir la desigualdad económica se pueden utilizar la curva de Gini y/o la de Lorenz. Pero además es posible analizar la desigualdad al considerar los índices de alfabetización, de acceso a la salud, de violencia de género, entre otros.
Si bien las legislaciones han tendido a romper con la desigualdad de forma progresiva, y aunque en distintos lugares del mundo se haya garantizado al igualdad de derechos para todas las personas, aún sigue existiendo un desigual acceso a los recursos y a los espacios de poder. A su vez, los derechos de las personas que sufren las desigualdades, son muchas veces vulnerados.
Factores
La desigualdad refiere a aquella condición que, haciendo énfasis en las diferencias, otorga a las personas un acceso diferenciado a ciertos derechos, bienes materiales o espacios. La misma puede darse por distintos motivos, sean estos culturales, económicos, religiosos, sexuales, entre otros.
Así, la desigualdad se caracteriza por generar situaciones de exclusión que dificultan el ascenso social a ciertas personas, a la vez que favorece el desarrollo de enfermedades físicas, enfermedades mentales y/o adicciones en las personas que sufren sus consecuencias ya que es muy difícil contraponerse a la misma.
Por otro lado, una característica de la desigualdad es que se encuentra intrínsecamente relacionada con la violencia. Esto es así porque excluir a una persona es en sí violento, a la vez que dicha exclusión puede generar un comportamiento violento en el excluido.
Finalmente, es de destacar que la desigualdad suele ser una condición “hereditaria” en el sentido de que es muy difícil escapar a la misma si se cuenta con ciertas características físicas o culturales, se carece de herramientas, se ha vivido una determinada crianza, entre otras.
Clasificación
En principio, es preciso tener en cuenta que toda desigualdad es desigualdad social ya que afecta al sujeto que vive en comunidad e implica pensarse en relación con un otro. Pero además de ello, podemos subclasificar a la desigualdad en las siguientes categorías:
• Desigualdad económica: en este caso, las diferencias en la distribución de la renta determinan el acceso a bienes y servicios. Ello conduce, a su vez, a una estratificación social que termina por indicar los privilegios de cada clase.
• Desigualdad cultural: tiene que ver con las determinaciones que se dan por seguir ciertas pautas culturales. En este caso, quienes no forman parte de la cultura socialmente aceptada, sufren desigualdades conducidas por el racismo, la estigmatización, el antisemitismo, entre otras.
• Desigualdad educativa: no todas las personas tienen acceso al mismo nivel de educación ya sea por cuestiones económicas, políticas, étnicas, religiosas o de género. Ello es grave ya que el desigual acceso a la educación también genera una desigualdad de oportunidades, fundamentalmente si tenemos en cuenta que la educación es una de las claves para lograr el ascenso social.
• Desigualdad de género: implica que el sexo biológico incide en el acceso a los trabajos, los espacios de autoridad, la educación, entre otras. Para erradicar este tipo de desigualdad, ha surgido el feminismo como movimiento internacional.
Ejemplos
En el mundo existen una gran cantidad de ejemplos que nos dan cuenta de la desigualdad. Uno de ellos es la brecha salarial. La misma refiere a la diferencia de salarios percibidos por hombres y mujeres cuyas cifras demuestran que las mujeres ganan menos dinero que los hombres. Esto tiene que ver con la desigualdad de género y está principalmente asociado con el hecho de que las mujeres deben ocuparse, además de su trabajo, de las tareas del hogar y del cuidado de los hijos, lo cual dificulta las posibilidades de contar con aumentos salariales y ascensos en sus puestos laborales.
Otro ejemplo, es el de la desigualdad cultural propiciada por el eurocentrismo, tendencia por la cual se entiende que lo europeo es superior y, tomando ese parámetro como referencia, se mide al resto de las culturas. Ello genera desigualdad debido a que las culturas que no concuerdan con los parámetros establecidos no son consideradas como “validas”, deviniendo así en prácticas discriminatorias y en dificultades en el acceso a posibilidades laborales y educativas a quienes son diferentes.
Referencias bibliográficas
Stiglitz, J. E. (2012), “El precio de la desigualdad”, Barcelona: Taurus.Autora
Escrito por Mercedes Roch para la Edición #114 de Enciclopedia Asigna, en 08/2022. Mercedes es Profesora y Licenciada en Historia, egresada de la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Maestranda en Estudios Culturales Latinoamericanos. Autora de Primeras (Editorial Malisia).