Definición de Lenguaje Figurado ejemplos, y recursos

Se le llama lenguaje figurado a la forma en que las personas se expresan sin usar el sentido literal. Este tipo de expresiones son mucho más frecuentes de lo que imaginamos, pues las podemos encontrar de forma rebuscada dentro de la literatura o de forma mucho más coloquial en el habla diaria. Por ejemplo, en la expresión «tengo un montón de hambre» no estamos hablando de forma literal pues el hambre no se puede medir en montones, no es posible ver físicamente dos o tres montones de hambre; pero, en un intento por cuantificar la cantidad de hambre, podemos ponerla en un montón, uno grande.

Desde la lingüística, este es un fenómeno interesante de estudiar. Si lo vemos desde la morfosintaxis y la semántica estructural, cierta expresión lingüística de algún hablante será interpretada simplemente por el significado literal de sus palabras; por otro lado, otras corrientes como la pragmática y la semántica cognitiva irán más a fondo para conocer el significado extralingüístico de dicha oración.

Muchas de las expresiones que utilizamos poseen un significado extralingüístico, el cual se construye mediante varios factores, entre ellos el estrato social, el lugar en el que se vive, el contexto social y cultural y otros más. Por ejemplo, la expresión “voy a regar las florecitas” puede tomarse de forma literal y hacernos pensar que dicha persona va a suministrar agua a una planta; en cambio, gracias a lo extralingüístico, es decir, aquello que está más allá de la lengua per se, podemos interpretar esta oración y saber que “regar las florecitas” es una frase utilizada comúnmente para señalar que una persona va a ir al baño y, de hecho, es un ejemplo de metáfora donde el rasgo que se comparte es el estado líquido del agua y de la orina.

El lenguaje figurado en el habla diaria

Muchos de los recursos estilísticos que se utilizan en la literatura se emplean también en el lenguaje figurado. Muchas veces, los ejemplos literarios suelen ser más pensados y artificiales, a diferencia de los del habla que son más comunes, pero no menos ingeniosos, de hecho, si los analizamos, nos podremos dar cuenta del grado de dificultad de algunas expresiones que se han vuelto usuales con el tiempo.

Metáfora

La metáfora es una comparación de dos elementos que pueden parecer lejanos, pero que comparten alguna característica. Literariamente, podríamos hablar de “el oro que cae por tus hombros” para hacer referencia al cabello de una mujer; el rasgo que se comparte en este caso es el color, el amarillo, por lo que se trata de una mujer rubia.

En el habla coloquial, encontramos expresiones como “las patas de la mesa”. Sabemos que sólo los animales poseen patas, sin embargo, el rasgo que se comparte aquí es que las patas dan sostén, sea a un animal o a un mueble. Si tomáramos esta expresión en sentido literal, habría que imaginar unas patas verdaderas sosteniendo una mesa.

Sinécdoque

En la sinécdoque se hace referencia a un objeto que pertenece a otro como parte de un conjunto por naturaleza. En el habla diaria encontramos muchos ejemplos como “échale un ojo” cuando en realidad nos referimos a que la persona vaya personalmente a revisar algo o a alguien; “vengo a pedir su mano” haciendo referencia a pedir matrimonio y donde la mano representa a la novia; o “Juan tenía cincuenta cabezas de ganado”, en realidad, Juan no tiene sólo las cabezas, sino los animales completos, pero se emplea esta expresión dado que al momento de contarlos se basan sólo en las cabezas.

Metonimia

Este recurso describe la relación entre dos objetos que están vinculados y donde se nombra sólo a uno de ellos para hacer referencia a ambos. Es así que escuchamos expresiones como “ya no quiero más, ya me comí tres platos” aunque seguramente no se ha comido los platos, sino su contenido.

Personificación o prosopopeya

En la personificación se dan cualidades humanas a quienes no las poseen, especialmente objetos y animales. Un ejemplo del habla diaria sería la expresión “no hables tan fuerte porque las paredes oyen”. Si la tomamos de forma literal, habría que pensar que las paredes poseen una especie de aparato de audición, sin embargo, sólo se le da esta cualidad humana (el escuchar) a los muros como una forma de decir que hay personas cerca que podrían escuchar la conversación privada.

Hipérbole

Este recurso se caracteriza por retratar la realidad de una forma desproporcionada, ya sea maximizando o minimizando alguna acción, estado o sentimiento. En el habla diaria es común que empleemos hipérboles, expresiones como “me muero de hambre” o “te tardaste una eternidad” donde la persona realmente no se murió ni tardó una eternidad, sino, probablemente, algunas horas. También es posible encontrar otras más sutiles como “siempre llegas tarde” o “nunca me escuchas” donde si de cien veces, una persona ha llegado tarde noventa y nueve, no será posible usar literalmente la palabra “siempre”; y donde si de cien veces, una persona ha escuchado a la otra al menos una vez, tampoco será posible emplear de forma literal la palabra “nunca”.

Sinestesia

La sinestesia juega con la percepción sensorial al referir una sensación que debería percibirse con un sentido en lugar de otro. Por ejemplo, solemos utilizar expresiones como “vete a ver si suena el teléfono” cuando en realidad, el sonido es percibido por el oído, no por la vista; así vemos también otros ejemplos como “me gusta tu olor” donde se usa el gusto para referir algo que se percibe con el olfato.


Referencias bibliográficas

García Molina, R. (. (2004). El profesor de audición y lenguaje ante el Nuevo Milenio. Sevilla: Universidad de Sevilla.

Autor

Escrito por Marcelo Jesús Salazar Martínez para la Edición #113 de Enciclopedia Asigna, en 06/2022. Marcelo es licenciado en Lingüística y Literatura Hispánica, actualmente estudia la maestría en Literatura Hispanoamericana con PNCP en la BUAP y se especializa en narrativa fantástica hispanoamericana de los siglos XIX, XX y XXI.