Un ser humano, una fruta, una idea o un pulmón son cosas muy distintas. Sin embargo, tienen algo en común, pueden madurar, es decir desarrollarse. Así, el proceso de desarrollo que afecta a ciertas cosas o realidades es conocido como maduración.
Cómo maduramos como individuos
Desde un punto de vista fisiológico estamos cambiando permanentemente. Cuando un niño abandona su etapa infantil y entra en la adolescencia todavía no se ha formado y se dice que empieza a madurar. Su maduración como individuo depende de la evolución física pero también de factores sociales y emocionales. Maduramos gracias a las experiencias, a los errores y al proceso de aprendizaje. Normalmente se considera que alguien no ha madurado cuando todavía tiene ideas infantiles o actitudes impropias de la edad adulta.
Las ideas también maduran
Si de pronto tenemos una idea para realizar un proyecto empresarial, dicha idea requiere de un proceso de maduración. Esto significa que deberemos pensar detenidamente en los pros y los contras y en todos aquellos aspectos relacionados con la idea originaria.
En la maduración de una idea empresarial hay que conocer el sector económico, la competencia y las claves tecnológicas. No madurar una idea sería arriesgarnos en exceso y muy probablemente implicaría cometer un error.
La maduración de las frutas
Una fruta madura de manera natural, lo cual es posible por un proceso químico. El proceso de maduración de la fruta comienza con un aumento en su producción de etileno, que es un compuesto químico simple hecho básicamente por la intervención del carbono y del hidrógeno. A partir de este compuesto se activa una reacción en cadena de procesos químicos que hace que una fruta madure.
La maduración pulmonar
Cuando un embrión tiene cuatro semanas de vida empiezan a madurar los pulmones. El lento proceso por el cual los pulmones humanos crecen se lleva a término por una sustancia que se encuentra en los pulmones, el surfactante. Este elemento cubre los alveolos y hace que éstos se mantengan abiertos para favorecer la respiración pulmonar.
El proceso biológico de maduración pulmonar es lo que nos permite que podamos respirar con normalidad al nacer. En algunos casos de bebés prematuros los problemas respiratorios provienen de una deficiente maduración pulmonar.