Es un deporte que se practica en una piscina. Un nadador o equipo de nadadores realiza una coreografía acompañada de música y unos jueces puntúan una serie de parámetros: dificultad y originalidad de los movimientos, sincronía entre movimientos y música y, en definitiva, la calidad técnica y artística.
Se podría afirmar que esta disciplina es un baile con movimientos gimnásticos realizados en el medio acuático. Se compite en categorías distintas y en modalidad individual, de dúo o por equipos.
Tradicionalmente se ha practicado en su versión femenina. Sin embargo, en los últimos años se han comenzado a realizar competiciones masculinas o mixtas en algunos países.
Datos de interés
Los deportistas escuchan la música por debajo del agua porque en la piscina se incorporan unos altavoces. Para que el agua no entre por las fosas nasales se coloca un clip en la nariz y para coordinar los movimientos de manera correcta es necesario mantener los ojos abiertos en todo momento.
Es necesario desarrollar destrezas y habilidades relacionadas con el ballet, la expresión corporal y la gimnasia. En este sentido, el nado sincronizado es una actividad multidisciplinar. Sus practicantes necesitan una evidente sensibilidad artística, precisión en sus movimientos y sentido del ritmo. Así mismo, es imprescindible el control de la apnea para moverse bajo el agua.
Como todos los ámbitos, existe una terminología propia. Los movimientos que se ejecutan en el agua se denominan posiciones, divididas entre obligatorias y opcionales. Algunas de ellas son el flamingo position, la cola de pez, la grúa, pierna de ballet doble o la cola de pez lateral. Las competiciones se dividen a su vez en tres partes: figuras, rutinas técnicas y rutinas libres.
El organismo internacional que rige esta práctica es conocido por sus siglas FINA (Federación Internacional de Natación Amateur).
Del mundo del espectáculo a expresión olímpica
En la década de 1920 se empezó a practicar en Europa un tipo de ballet acuático y en sus orígenes se denominó natación ornamental. A partir de 1940 en Hollywood las películas de espectáculos acuáticos de Esther Williams tuvieron un gran éxito en taquilla. Las nadadoras realizan mosaicos en el agua y estaban acompañadas de grandes orquestas.
Así, estos ballets en las piscinas fueron el precedente de un nuevo deporte, el nado sincronizado. Desde 1984 forma parte del programa de los juegos olímpicos.