La observación se define como la acción de examinar algo mediante la vista con objeto de recolectar información. Por lo tanto, la observación no se limita a la fijación de la vista sobre un objeto o sujeto, sino que implica tomar conciencia de una serie de datos y características y proceder a su análisis.
En otro contexto, la observación también puede referirse a una nota, escrita u oral, que sirve como aclaración o corrección de una información que puede llevar a error.
El método de observación
La observación es un instrumento de recogida de datos fundamental, aunque para hacerlo correctamente, primero hay que tener en consideración algunos puntos. Así, es fundamental tener claro qué se quiere observar y cuál es la mejor manera de hacerlo. Este paso previo es básico para dotar de validez a todo el desarrollo posterior del método. Otro aspecto muy importante es saber interpretar correctamente los datos recogidos. No todas las observaciones tienen el mismo valor. Hay que saber descartar aquellas sin importancia e identificar correctamente las que sí son relevantes para llegar a una conclusión válida.
Esta sistematización de la observación lleva a que se puedan diferenciar tres niveles distintos
La observación asistemática, que se compone de datos recogidos en observaciones que no han sido planificadas previamente. Habitualmente se trata de observaciones directas, que no tenían un objetivo específico ni una planificación a seguir. En muchas ocasiones se asocia al azar.
La observación semisistemática. Aquí sí hay una serie de objetivos fijados previamente. Se realiza una planificación en cuanto a orden y tiempo, pero sin embargo, no se llegan a definir claramente qué conductas se van a someter a observación.
La observación sistemática. Los hechos se dividen en categorías, se plantean criterios previos, se fijan los eventos a observar y se trabaja siempre a partir de una información ya sistematizada previamente.
De estos niveles surgen dos tipos de observaciones: la observación científica y la asistemática.
Ventajas y limitaciones de la observación
La observación como método científico presenta una serie de limitaciones que pueden hacer que sea desaconsejable su uso en ciertos experimentos, como pueden ser aquellos en los que no se tiene un control absoluto de todos los factores o también esos otros donde se depende del azar para que se presente la conducta que se quiere observar.
Por el contrario, la observación también tiene algunas ventajas que la hacen muy recomendable en ciertas situaciones, ya que permite obtener información de los hechos tal y como estos suceden en la realidad, además de no necesitar que el objeto observado se preste a colaborar, o incluso, puede darse el caso de que en algunas situaciones la observación sea el único método de evaluación posible.