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Definición del Segundo Gobierno de Rosas - Características, y Fuerzas Opositoras

Mercedes Roch
Lic. en Historia

Definición

Juan Manuel de Rosas, quien había gobernado Buenos Aires entre 1829 y 1832, fue convocado para ser gobernador de la provincia nuevamente en 1835 en un contexto de tensiones civiles. En esta ocasión, el caudillo pidió que se le otorgara la suma del poder público, lo cual fue aceptado por la Legislatura. De esta forma, Rosas concentró en su figura los tres poderes del Estado. Asimismo, La Mazorca, un grupo parapolicial rosista, se encargó de eliminar cualquier tipo de disidencia mediante la persecución, la tortura y el asesinato.

Este accionar, sumado a la prohibición de la libre navegación de los ríos y el retraso de la sanción de una Constitución, provocaron un aumento de la oposición hacia el gobernador quien, luego de varios intentos fallidos, fue derrotado en 1852 en la Batalla de Caseros. Así, luego de 17 años, el segundo gobierno de Juan Manuel de Rosas llegó a su fin.

Características del segundo gobierno de Rosas (1839-1852)

Luego del asesinato del caudillo riojano Facundo Quiroga el 16 de febrero de 1835, las hostilidades entre provincias volvieron a reinar en el territorio. Fue en este contexto que la Legislatura de Buenos Aires, convocó a Juan Manuel de Rosas para que volviera a asumir el cargo de gobernador. En esta ocasión, el caudillo pidió como requisito que se le otorgara la suma del poder público, es decir, la concentración de los tres poderes del Estado en su figura. Desde ya que esta falta de límites a la autoridad habilitaba el abuso de poder. No obstante, la Legislatura aceptó su pedido. Asimismo, Rosas quiso asegurarse de volver a gobernar siendo legítimo para el pueblo, por lo que realizó una votación en la que obtuvo una amplia victoria electoral. Así, Juan Manuel de Rosas fue nombrado gobernador de Buenos Aires por segunda vez el 13 de abril de 1835.

Al asumir, el gobernador atacó a sus opositores y los expulsó de los cargos públicos y del ejército. Asimismo, ejerció un control excesivo de la prensa y realizó un uso consciente de la propaganda política estableciendo la obligatoriedad del uso de la divisa punzó y publicitando el lema “Viva la Santa Federación. Mueran los salvajes unitarios”. A este ejercicio de la política se sumó la persecución y tortura de los opositoras por parte de La Mazorca, un grupo parapolicial rosista. De esta forma, el gobernador se encargó de eliminar cualquier opinión disidente, ya sea mediante la censura, el asesinato, el encarcelamiento o el exilio.

En cuanto a los aspectos económicos, una medida importante de su segundo gobierno fue la sanción de la Ley de Aduana en 1835, la cual aumentaba los impuestos a los bienes extranjeros y prohibía la importación de ciertos productos locales. De esta forma, el gobernador buscaba aliviar la oposición de las provincias contra Buenos Aires al eliminar la competencia de los productos extranjeros. Esto, a su vez, permitía la autarquía económica de la Confederación. Si bien la ley sirvió para tejer alianzas con los líderes de las demás provincias, Buenos Aires siguió concentrando el poder económico porque tenía el control del puerto y de la aduana, y el poder político, puesto que Rosas manejaba los asuntos de guerra y las relaciones exteriores de la Confederación. Desde ese lugar fue que se mantuvo reticente cada año a la sanción de una Constitución y buscó excusas para su retraso.

Respecto de la economía bonaerense, el gobernador creó el Banco de la Provincia, estimuló la producción ganadera, no contrajo deuda pública y promovió el comercio con Inglaterra, lo cual le valió el apoyo de los sectores estancieros que vieron crecer su capital económico. No obstante, la obligación de pasar por la Aduana de Buenos Aires para comerciar con las provincias, terminó por dar lugar al bloqueo francés entre 1838 y 1840 y al bloqueo anglo-francés entre 1845 y 1850. Si bien Rosas venció ambas intervenciones extranjeras, las mismas afectaron negativamente a ganaderos y comerciantes que pasarían a engrosar las filas de los opositores.

Fuerzas opositoras

Sus medidas represivas, la prohibición de la libre navegación de los ríos y el retraso de la sanción de una Constitución, entre otros, fueron aspectos que generaron oposición en gran parte de la población. Si bien Rosas asumió la gobernación con un apoyo amplio, tanto de las elites como de las clases populares, poco a poco fue perdiendo su base de legitimidad.

En el mundo intelectual, un grupo de jóvenes, luego denominados Generación del 37, se presentó como la conjugación del federalismo y el unitarismo que sería superador de los conflictos civiles. Rosas no vio con buenos ojos la postura conciliadora y persiguió a los miembros de dicho grupo. Desde el exilio, apoyaron todos los levantamiento contrarios a Rosas, pero ninguno de ellos tuvo éxito.

Por otro lado, los estancieros bonaerenses que habían apoyado al gobernador en un principio, cuando se les anuló la posibilidad de exportar sus productos debido al bloqueo francés, se levantaron en armas contra Rosas en el año 1839 en lo que dio en llamarse Revolución de los Libres del Sur. El movimiento fue breve, ya que las fuerzas del gobernador los vencieron en la Batalla de Chascomús.

Además de lo mencionado, durante su gobierno continuaron los enfrentamientos entre provincias. Fundamentalmente, el gobernador debió enfrentarse a la oposición de las fuerzas unitarias lideradas por Lavalle y a las fuerzas federales del caudillo “Chacho” Peñaloza que se oponía al centralismo de Buenos Aires. Ambas fuerzas también fueron derrotadas por el gobernador.

Así, si bien Rosas conservaba la suma del poder público y tenía el poder suficiente para derrotar a sus enemigos, lo cierto es que su base de apoyo se fue erosionando, dificultándole su capacidad de ejercer sus funciones.

A la situación interna compleja hay que sumar la oposición de Inglaterra y Francia, potencias que ejercieron bloqueos con el objetivo de obligar al gobernador a abrir la libre navegación de los ríos internos sin necesidad de pasar por la Aduana de Buenos Aires. Si bien las fuerzas extranjeras fueron derrotadas, la imposibilidad de navegar libremente por los ríos también afectaba a las provincias litoraleñas que no podían exportar sus producciones, por lo que el descontento en la región fue en aumento.

Así, gran parte de los opositores se agruparon bajo el liderazgo de Justo José de Urquiza, gobernador de Entre Ríos, y conformaron el Ejército Grande, el cual se enfrentó a las fuerzas rosistas en 1852 en la Batalla de Caseros. Finalmente, en dicha batalla Rosas fue derrotado e inmediatamente presentó su renuncia y se exilió en Inglaterra.


Referencias bibliográficas

Lynch, John, Juan Manuel de Rosas, Emecé Editores, Buenos Aires,1984.

Autora

Escrito por Mercedes Roch para la Edición #107 de Enciclopedia Asigna, en 12/2021. Mercedes es Profesora y Licenciada en Historia, egresada de la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Maestranda en Estudios Culturales Latinoamericanos. Autora de Primeras (Editorial Malisia).