Definición de Ultramar

Desde tiempos inmemoriales, el vínculo del ser humano con el mar ha sido central en su existencia. El mar le ha permitido viajar, conocer el mundo, descubrir regiones vacías, conectarse con otros pueblos. La presencia de los océanos para sobrevivir también siempre ha sido muy útil para poder comerciar e intercambiar productos con civilizaciones lejanas. No fue hasta el siglo XV que esa conexión con el mar se dio a niveles superiores, cuando los marinos europeos salieron a ultramar, es decir, a través de los océanos, para conocer qué había más allá de ellos.

El límite es el agua hasta que hay que sobrevivir

Para la mayor parte de las sociedades antiguas, el mar siempre fue una presencia que generaba tanto incertidumbre como esperanza. Muchas de ellas se animaron a cruzarlo sin saber cuál sería el destino, ni cuán lejos se ubicaba la próxima orilla.

El Mar Mediterráneo ha sido el curso de agua central por excelencia en la Antigüedad porque permitió unir a poblaciones de todo tipo. Sin embargo, este mar es cerrado y relativamente fácil de navegar en toda su extensión. La situación cambió cuando los marineros debieron salir a ultramar, es decir, a cruzar los océanos desconocidos hasta entonces y embarcarse en enormes travesías.

Para los europeos del siglo XV, el mundo se terminaba en el horizonte que ellos conocían. A pesar de esto, debieron por razones de fuerza mayor, surcar los mares en busca de nuevos caminos a Oriente y así es que descubrieron por primera vez en su historia que del otro lado de los océanos había un continente desconocido. Los viajes de ultramar son reconocidos históricamente como un hito de la Humanidad que facilitó la conexión final de todos los continentes entre sí.

Las dificultades de la vida en altamar

Hoy en día el fenómeno de viajar es un elemento común y que forma parte de nuestras vidas cotidianas. Sin embargo, por muchos siglos no existió tal como lo conocemos hoy en día y los viajes marítimos solían ser simplemente por razones económicas y comerciales. La vida en altamar, es decir, cruzando los océanos, es dura y quienes a ello se dedican deben desarrollar un temple y una paciencia que no cualquiera tiene.

Los peligros del mar y de las aguas desconocidas son infinitos. La vida se vuelve peligrosa si tenemos en cuenta que las embarcaciones siempre pueden naufragar, a pesar de contar con la más avanzada tecnología. Es por esto que el ser humano siempre ha respetado al mar y sus fuerzas naturales.


Escrito por Laura Guerrero para la Edición #63 de Enciclopedia Asigna, en 05/2018.

Imagen: Fotolia. Alvov